Implica la perspectiva y práctica ecológica sobre las actividades agrícolas. Este enfoque de producción de alimentos revaloriza los ejercicios tradicionales de cultivo de los pequeños productores, así como a los ecosistemas agrícolas de manera holística enfatizando aspectos económicos, sociales y culturales, así como la sustentabilidad. Supone una práctica de producción agrícola alternativa, orgánica, económica que se diferencia de la producción incentivada por el uso de agroquímicos. Además de lo anterior, permite abordar la relación de los procesos de interrelación entre alimentación y salud, la disposición de comida en los espacios familiares (huertos, jardines, cultivo y más), funciona como un recurso para socializar hábitos saludables y abona a la ingesta de alimentos saludables y de producción local que coadyuvan en la prevención, atención y seguimiento de enfermedades renales.
